Legítima defensa: Todo lo que necesitas saber

En el ámbito del derecho penal, uno de los conceptos más importantes y relevantes es el de la legítima defensa. Se trata de un principio que permite a una persona protegerse a sí misma o a terceros de una agresión injusta, utilizando la fuerza necesaria para repeler la agresión.

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¿Qué es la legítima defensa?

Es una figura jurídica que se basa en el derecho natural de toda persona a defenderse a sí misma y a sus seres queridos de una agresión injusta e inminente. En pocas palabras, se trata de la posibilidad de usar la fuerza necesaria para repeler una agresión ilegítima y evitar un daño mayor.

Tiene su fundamento en la necesidad de preservar el orden y la seguridad en la sociedad, permitiendo a los individuos protegerse a sí mismos y a los demás de situaciones de peligro. Es importante tener en cuenta que, para que se pueda aplicar, es necesario que se cumplan una serie de requisitos que vamos a detallar a continuación.

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Requisitos de la legítima defensa

Para que una persona pueda alegar eximente de responsabilidad penal, es necesario que se cumplan los siguientes requisitos:

Agresión ilegítima

La persona que se defiende debe encontrarse ante una agresión injusta e inminente, es decir, que sea real, actual y no provocada por ella misma. La agresión debe ser ilegítima, es decir, contraria a derecho.

Necesidad de defensa

La persona que se defiende debe actuar en defensa propia o de terceros, con el fin de evitar un mal actual o inminente. La defensa debe ser necesaria para repeler la agresión y protegerse a sí misma o a terceros.

Proporcionalidad

La fuerza utilizada en la defensa debe ser proporcional al ataque recibido. Es decir, no se puede utilizar una fuerza excesiva o desproporcionada en relación con la agresión sufrida.

Inmediatez

La defensa debe ser inmediata, es decir, debe realizarse en el momento en que se produce la agresión o de manera inmediata a la misma. No se puede alegar si la agresión ya ha cesado.

Cumplir con estos requisitos es fundamental y evitar ser condenado por un delito de lesiones, agresión o incluso homicidio en caso de haber causado la muerte del agresor en defensa propia.

Errores sobre la legítima defensa

A pesar de la claridad de los requisitos, existen algunos errores comunes que se cometen al interpretar este concepto.

  1. Confusión con la legítima defensa putativa: Se trata de una situación en la que una persona cree de forma errónea que se encuentra en una situación, cuando en realidad no es así. En estos casos, la persona actúa creyendo de buena fe que se defiende legítimamente, pero en realidad no se cumplen los requisitos necesarios.
  2. Uso desproporcionado de la fuerza: Uno de los errores más comunes es el uso de una fuerza desproporcionada en la defensa, lo cual puede llevar a que se considere que la persona ha actuado de forma excesiva y sin justificación.
  3. No actuar de forma inmediata: Otra situación que puede llevar a la invalidación es no actuar de forma inmediata ante la agresión, permitiendo que esta se prolongue o se agrave.

Es importante tener en cuenta que la interpretación puede variar en función de las circunstancias concretas de cada caso, por lo que es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado penalista experto en la materia.

Conclusión

Es fundamental conocer en detalle qué es, cuáles son sus requisitos y los errores más comunes que se cometen al interpretar este concepto, para poder actuar de forma adecuada en caso de encontrarnos en una situación de peligro. En caso de duda, contacta con la Abogada Penalista Nathalie González, quien te guiará y defenderá tus derechos.

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